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Arq. Rubén Esteban Cabo



miércoles, 10 de agosto de 2011

Radicalismo peronista y peronismo radical

Es muy común confundir los conceptos de doctrina e ideología con los de valores y principios. Sin ingresar a desarrollar el tema, es necesario recordar que tanto las doctrinas como las ideologías se fundan sobre la base de valores y principios que le dan sustento.

Juan Domingo Perón, en El Proyecto Nacional de 1974, define el tema manifestando que “Nuestra Patria necesita imperiosamente una ideología creativa que marque con claridad el rumbo a seguir y una doctrina que sistematice los principios fundamentales de esa ideología.” Esta definición hace imposible no aceptar que la deserción doctrinaria desvanece su propio contenido dogmático, anulando la propia identidad social e individual de cada sujeto que se sienta identificado con dicha doctrina.

Eduardo Bautista Pondé, en uno de sus escritos expresa que “Don Bartolo aceptó. Don Leandro se lo reprochó. Mitre argumentó que buscaba “un acuerdo leal y patriótico de los partidos y la supresión de hechos de la lucha electoral”. Alem replicó: “Yo no acepto el acuerdo. Soy radical intransigente”. Con esta frase Alem sentaba el Antiacuerdismo Electoral como razón de ser de lo que sería la U.C.R. Los acuerdistas fueron expulsados y se fundó la U.C.R. precisamente como reacción contra el acuerdo.” Este concepto de antiacuerdismo electoral integra los siete principios doctrinarios de la Unión Cívica Radical. Los restantes son el federalismo, el cumplimiento de la Constitución Nacional, la libertad de sufragio, la defensa del patrimonio nacional, el americanismo, y la neutralidad y organización internacional.
Por otro lado, los principios centrales del pensamiento peronista pueden especificarse como los que sostienen la construcción de una patria socialmente libre, económicamente justa y políticamente soberana, apoyándose sobre dos pilares centrales que permitan concretar su desarrollo, y que pueden individualizarse, uno como el de la comunidad organizada, y el otro como el de la política como instrumento sustantivo de construcción social. Son valores de la doctrina justicialista los que hacen a la dignidad de la persona humana, al valor del trabajo, a la solidaridad, a la justicia social, a la libertad, y al bien común.

Es evidente que tanto los valores y principios del radicalismo como los del peronismo responden a contextos históricos diferentes, y que deberían sostener a sus doctrinas partidarias por sobre dichos contextos. Más allá de las diferencias internas de cada partido, no cabe duda que unos son radicales y otros son peronistas, aunque temporalmente adopten nombres acomodados a los distintos períodos del poder gubernamental de turno, como por ejemplo “peronistas disidentes” o “radicales k”. Por todo esto, a los ciudadanos se nos hace muy difícil mantener claros los conceptos y no confundirnos cuando escuchamos a los referentes radicales pedir a sus correligionarios que elijan una presidente peronista, o a los peronistas pedir a sus compañeros que elijan un presidente radical.

Estas actitudes reñidas con la ética, ya sean por la búsqueda de un éxito electoral, o para embestir sobre cargos públicos, o adoptando una actitud acomodaticia a pesar de las diferencias partidarias, se transforma en una total falta de respeto hacia todos aquellos afiliados o simpatizantes que se incorporaron a sus luchas atraídos por los valores y principios que fundamentan cada filosofía política.
Ante el escenario político que se viene generando desde hace varios años, me resulta inquietante poder compartir la siguiente incógnita sobre el mismo.


¿Radicalismo peronista y peronismo radical?

Un interrogante, por el momento, sin una respuesta clara y concreta. Y si surgen dudas sobre la existencia de este interrogante, observemos las diferentes listas de candidatos en los distintos niveles electorales del país.


En política, como en la mayoría de los aspectos de la vida, quien no sea capaz de reconocer y respetar su identidad, difícilmente pueda saber hacia dónde se dirige, y quien no sepa reconocer que está extraviado siempre pensará que está en el camino correcto, aunque termine en cualquier parte, y con el grave riesgo de dejar de ser lo que cree que realmente es, pasando a vivir una metamorfosis, con todo el dolor que ello implica.
Rubén Esteban Cabo - 10 de agosto de 2011

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