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Arq. Rubén Esteban Cabo



jueves, 18 de febrero de 2010

La trampa de la vida cotidiana

Los hechos ocurren siempre en el marco de otros hechos, y este marco que se puede identificar como el contexto de los acontecimientos más destacados, en muchos casos pasa desapercibido, generalmente como consecuencia directa del hacer cotidiano.

El escenario en el que desarrollamos nuestra actividad cotidiana define un espacio social donde se entremezclan lo local con lo nacional, el quehacer nacional con el internacional, la esfera que nos contiene a cada habitante con la gran esfera globalizadora, superando cualquier división política posible, y llegando en muchos casos a un complejo estado de desorientación individual y social dentro del mismo escenario que construimos los seres humanos para uso propio.
Dentro de esta situación nos entremezclamos los actores sociales con el Estado, donde los roles que definen nuestra ubicación social y los niveles de responsabilidades se desfiguran, trocándose los valores que determinan nuestra identidad cultural y el sentido de pertenencia, e intercambiándose los roles que juegan en la especificación de los diferentes espacios de poder.
Como dijera, todo esto ocurre dentro del espacio que organizamos para satisfacer nuestras necesidades de habitar, trabajar, recrearnos y circular. Por supuesto, esto ocurre dentro de un tiempo, que como ya lo marcó Charles Eduard Jeanneret (Le Corbusier) en sus “Principios del Urbanismo – La Carta de Atenas”, queda definido bajo el concepto que expresa que “la journée solaire de 24 heures rythme l’activité des hommes”, interpretando su frase como que la jornada solar de 24 horas es la que marca el ritmo de la actividad del hombre. Este mismo ritmo es el que debería definir una correspondencia entre la jornada del hombre y los medios masivos de comunicación, que es decir entre lo cotidiano y el conjunto comunicacional que nos rodea cuando trabajamos, cuando circulamos, cuando estamos dentro de nuestro hogar, al recrearnos, y en todo momento, a pesar de que hoy ya no sea así. Ese ritmo cíclico tiende a desaparecer, provocando un desequilibrio en la labor, el trabajo, y las acciones del hombre.

La vida cotidiana

La vida cotidiana la vivimos constantemente a partir de nuestro accionar, determinando la posesión de un tiempo y un espacio de vida. En la actualidad este hacer casi no es cuestionado, sosteniéndose desde la reproducción monótona, desde lo que se considera evidente, desde el conjunto de ideas que la sociedad obtiene a partir de patrones culturales previamente establecidos, desde el hacer sin reflexionar, dejándose dirigir sin cuestionamientos, y llegando a una aceptación conformista de nuestra vida cotidiana en pos de poder concretar la labor que permita asegurar nuestra supervivencia individual.

A partir de las vivencias directas, y de las que reiteradamente tenemos frente a nosotros en la pantalla de un televisor, de una computadora, en la prensa escrita, o en el quehacer radiofónico, creemos construir una vida cotidiana que muchas veces no es cimentada por nosotros mismos, y mucho menos como defensa del propio desarrollo del ser humano.
Posiblemente esta situación sea la que nos lleve a tomar cada vez con mayor naturalidad la utilización que se hace de cada uno de nosotros por parte de quienes ostentan el poder económico mundial, ya sea como ser omnipresente y supranacional ejercido sobre nuestra nación y sus gobernantes, o a nivel individual y local, pretendiendo hacernos creer que esto no es así.

Lamentablemente nuestra vida cotidiana nos lleva a aceptar con normalidad la cantidad de robos y muertes que se producen a nuestro alrededor, la falta de trabajo, la deserción escolar, el analfabetismo, el crecimiento de la pobreza, que los planes de asistencia social se transformen en condicionantes políticos en lugar de asistir con dignidad, que la contaminación ambiental sea considerado un hecho intrascendente, o que las muertes evitables no se eviten.

Cada uno de estos enunciados tiene una enorme cantidad de ejemplos concretos. Muy cerca nuestro puede observarse como aceptamos que la ciudad de Neuquén arroje el 50% de sus deshechos al río sin tratamiento alguno, que las “tomas” sean la forma de resolver la necesidad de viviendas en el alto valle, que docentes o chacareros realicen “cortes” de rutas para reclamar un resarcimiento económico, que muchos niños, adolescentes, y jóvenes tengan como proyecto de vida poder lograr un “plan trabajar”, que los maestros tengan que preocuparse más por un comedor escolar que por la educación, que los hospitales tengan carencias básicas, que las toneladas de biocidas que se arrojan en el alto valle para resguardar la producción frutícola provoquen en la población trastornos en las vías respiratorias, dermatitis alérgicas, alteraciones en el sistema nervioso central, efectos adversos en las funciones cognitivas, en el desarrollo del recién nacido, etc. llegando a ser más importante un kilo de fruta que el resguardo de la vida humana. Se podría seguir ampliando la lista de ejemplos de hechos que asumimos cotidianamente como algo natural, como ha ocurrido con la pérdida del ritmo cíclico de las actividades del hombre, casi pareciéndonos a la industria de los criaderos de pollos, donde aplicando 24 horas de luz continua, se aceleran los tiempos para faenarlos. A veces siento que se intenta llevarnos a un “criadero global de seres humanos” cuyo único objetivo es buscar que seamos más productivos, y que al momento de nuestra muerte, simplemente podamos ser reemplazados instantáneamente por otro producto del criadero.

En síntesis, independientemente de cualquier ideología, filosofía, o religión, la vida cotidiana es la vida de cada persona, su existencia misma, es la historia individual de cada sujeto en un aquí y un ahora, la cual está inmersa en una determinación de pluralidades y generalidades que no son más que un producto del complejo sistema de relaciones interpersonales que se establecen a partir de la conformación de los distintos tipos de grupos en los que confluye, y a partir de las condicionantes económico-sociales en las cuales nos desenvolvemos cada persona. La vida cotidiana muestra un mundo subjetivo que el sujeto experimenta, y a la vez ese mundo también es intersubjetivo, social, compartido. Para cada uno de nosotros "mi mundo" es un mundo que vivo con otros. Los hechos se aceptan como parte de un todo conocido, y la repetición de lo que vemos y hacemos a diario, como algo normal que provoca en cada persona la sensación de que esa forma de conducirse es la lógica, impidiéndonos reflexionar sobre nuestras propias vidas y los cambios factibles.

Aunque estemos transitando un fuerte individualismo y desintegración global del ser humano, y más allá de lo que la mayoría del estrato dirigencial argentino pretenda hacernos creer para sostener su “estatus quo”, cada uno de nosotros tenemos el derecho y la capacidad potencial para observar y fijar los términos de nuestra propia vida cotidiana, lo que implica pensar un proyecto de vida que en lugar de satisfacer necesidades exógenas, satisfaga nuestras necesidades propias y las de la comunidad que integramos.
Rubén E. Cabo
Publicado el 17 de febrero de 2010 por el Diario Río Negro

11 comentarios:

Al Toro Por Las Astas dijo...

Ruben, muy interesante el artículo. Pensar, reflexionar y detenerse un segundo basta para desnaturalizar muchos hechos, acciones y sensaciones que vivimos en nuestra cotidianeidad. Muy interesante. Me alegro que haya sido publicada.

Anónimo dijo...

Rubén: Leí el artículo y me pareció muy bueno. Yo siempre creí en una ley universal básica para vivir, y es que lo que se siembra es lo que se cosecha, por lo tanto lo que tenemos es el producto de nuestra cultura, y todos somos parte de ella. Por lo tanto, creo que la verdad no se puede tapar con una toalla, ignorarla, y seguir pensando del mismo modo. La verdad no se puede ignorar, tenemos que cuestionarnos y preguntarnos en qué fallamos. Este es para mí el punto de partida. Ayer estaba conversando con un Ingeniero de una ART por un tema de trabajo y hablábamos de esto, casualmente, y yo le decía que nuestra cultura se ve también en el juego, y no es casualidad que nuestro juego de cartas, propio de Argentina, sea el truco donde la habilidad consiste en engañar al otro. Bueno, hemos construido sobre la mentira y sobre la viveza, éste es el resultado. Un abrazo, Roberto

Anónimo dijo...

RUBEN
Qué bueno!!!
¿Cómo hacer para que el día a día deje de ser cotidiano?
Abrazo.
ALBERTO DOBISKY

Anónimo dijo...

Loco:
Como si fuera poco bancarme a Pablo cantando chamamé todo el día, me aparecés vos con pretensiones literarias!!!!
No, ahora hablando en serio, el artículo está muy bueno.
Desconocía esas dotes tuyas de escritor-cronista.
Felicitaciones y un abrazo
Darío

Anónimo dijo...

QUERIDO RUBEN
QUIERO FELICITARTE POR EL ARTICULO QUE ESCRIBISTE
Y NO ES CASUALIDAD QUE HAYA ELEGIDO LETRA MAYUSCULA PARA RESPONDERTE
SINCERAMENTE Y ANTE TANTA MEDIOCRIDAD ME ALEGRA Y ME ENORGULLECE TANTO TU VISION SOBRE LA VIDA COTIDIANA
ADEMAS DE COMPARTIR TODO LO QUE EXPRESAS EN EL ARTICULO ME PARECIO EXCELENTE LA REDACCION
RUBEN/COLORADO/QUERIDO/CAPO/COMPANERO Y AMIGO DE ADOLESCENTES MOMENTOS BIEN VIVIDOS
BRAVO!!!!!
CARLOS POSADAS
(a) CHARLY
(a) EL LOCO
(a) EL PELADO
(a) CHARLYPOS

Anónimo dijo...

Querido Rubén, este tipo de artículos son siempre bienvenidos, ya que su difusión es bastante escasa en los medios de comunicación.
Quienes hemos tenido la inmensa fortuna de poder educarnos, hace tiempo (mucho) que comprendimos la gravedad de los problemas que planteas. También es cierto que muchos aún no han podido/querido entender, pese a que tienen los medios como para hacerlo.
Ahora, el punto que a mí más me preocupa reside en plantear no sólo diagnósticos sino soluciones. La única posible es la educación. Es el conocimiento el que nos hace libres en el más amplio sentido del término. Cada uno de los ítems que mencionas podría resolverse y aún mejor evitarse con individuos adecuadamente informados. Pero para poder pensar, estudiar y educarse tenés que tener el estómago lleno.
Con los alarmantes niveles de desnutrición infantil que aún exhibimos. Esos chicos jamás alcanzarán el desarrollo mental y físico para poder incorporar conocimientos. Si no se tienen niveles nutricionales adecuados durante el primer año de vida, nada podrá hacerse después. El final de ésta historia es bien conocida.
Pues entonces los esfuerzos de aquellos que podemos comprender la esencia del problema debemos hacer el intento de palear esas falencias primarias.
Es simple de entender que los resultados de tales esfuerzos se verán a largo plazo pero en algún momento es mandatario comenzar. Vemos cotidianamente a nuestros gobernantes hacer intentos paliativos y cosméticos, pero nunca sobre la base de políticas de estado que sean independientes de la autoridad de turno (no dan rédito a corto plazo), dirigidas al intento de resolver el hambre infantil y a encaminar la educación. Los resultados están a vista.
Hay muchos ejemplos de países que lo han logrado. Si bien no será el mejor, pero sí el más impresionante es el de los chinos: Durante la dominación de los ingleses comían tierra, con la revolución se alimentaron y educaron, luego modificaron el rumbo político y ahora.... tendremos que ir aprendiendo pequinés. No es perfecto, deben corregir un montón de cosas, pero salieron adelante. Otros ejemplos interesantes y tal vez menos conocidos son los de Finlandia e Irlanda y ni que hablar de Japón. Pero más cerca nuestro debemos seguir con atención a Uruguay.
Bueno, insisto en la idea de llevar a cabo acciones concretas. La reunión podría servir como punto de partida.
Un abrazo. José María

Anónimo dijo...

Rubén Esteban Cabo
Te voy a escribir impresiones-asociaciones de lo que escribiste. Espero sepas disculpar si con algunas “meo fuera del tarro”, ya que partimos, como vos decís, de contextos bastante disímiles.
En primer lugar mencionás lo desapercibido, y justo hace unos días, me decía que es realmente horroroso que nos acostumbramos a mirar sin ver chicos comiendo de la basura, arrastrando pesadísimos carros de cartones ¿No estaba prohibida la tracción a sangre? Ah no, era para los animales y/o durmiendo en la calle.
Sin embargo son muy percibidos los chicos que salen a matar. En realidad a matar o morir, estoy convencida de que lo último es el verdadero objetivo. Total la vida no vale nada, creo que desde antes de nacer se los trata como animales, así viven, así se portan.
Precisamente hace más de 20 años que trabajo -de una forma u otra- con marginales, escuchando sus historias. Muchas veces armé cuentos con las mismas, éstos me resultaban naturales hasta que mi hija me dijo que eran sórdidos. De ahí en más empecé a fijarme en las reacciones de quienes los escuchaban, y entonces recién me di cuenta de que causaban horror.
Siempre me pregunto cuánto tiempo puede llevar volverse loco cuando noche tras noche se duerme en la calle.
Con una amiga nos decíamos que en caso de no tener para darle de comer a un hijo saldríamos a robar.
En un momento hacés referencia a la "franja dirigencial política". Cada vez me convenzo más de que son simples marionetas (como lo fueron los milicos) de quienes detentan el poder, entre los que puede señalarse a la iglesia, que siempre fue del bracete del dictador de turno.
Me pregunto por los límites de la escuela con la familia en crisis, ésta es la que tiene que transmitir valores y aparentemente los han perdido, como han perdido autoridad (diciendo esto me siento una vieja moralista, pero lo sórdido también enseña) Hay hijos que les pegan a sus padres, que se aburren, no saben qué hacer con su tiempo libre.
Fijáte los populares Simpson, descalifican constantemente a los padres en un espantoso clima de agresión.
Justamente son los medios los que transmiten los ¿valores? Tinelli hace apología de la prostitución y el resto de los canales repite todo el día su programa. De esta forma los medios, que detentan el poder nos comen el bocho. Me parece buenísimo desnudar los mensajes, pero cómo hacerlo si te tienen atrapado, diseñado para que no pienses.
Como ves en este contexto porteño todo se da más concentrado -muerte, sexo, violencia- también la decadencia.
Me quedan otros temas en la PC, te mando esto porque fue lo primero que se me ocurrió.
Ya que lo dicho suena a "colgo y me moiro", para compensar me acordé de la canción que dice:
“A pesar de todo dejándola abierta verás q se cuela el sol por tu puerta.
A pesar de todo saldrás adelante, la fe en el futuro será tu constante.
A pesar de todo la vida es hermosa, siempre y sobre todo de todas las cosas.”
Saludos, GR.

Anónimo dijo...

Hey Rubén, estuve leyendo el artículo, y la verdad que me encantó.
Está muy bueno y es acertado que con diplomacia se puede llegar a expresar lo que vivimos y con lo que tenemos que liar cotidianamente.
Te felicito, rubenchu, jaja!!!!! Muy buenas tus metáforas, re copadas porque no son trilladas y muy ingeniosas.
Capo Rubén. Gisela

Anónimo dijo...

Leí el texto de la vida cotidiana.

Me parece bien que se rescatan situaciones deshumanizantes y degradantes del medio ambiente y que esto debe ser modificado.

Creo que se debería hacer más incapié en la denuncia de la cultura individualista que aparece en el párrafo final. Me da la sensación de que es tibia la crítica -o quizás eso es lo que me gustaría escuchar a mí-

También me parece que tendría que haber un eje un poco más propositivo o citas más propositivas, esto es, política y cultura. ya que la cultura del individualismo tiene un correlato preciso con la política que también se denuncia en el artículo. Pero veo que no se termina de desentrañar y queda en la descripción de varios de los problemas de la vida cotidiana. Igualmente me parece que es muy bueno el poder describir estos problemas pues eso ya es un gran paso para poder modificar esa relidad política y cultural.

Lamento enormemente que no puedas volcar todas estas visiones e inquietudes en el partido -radical- para que entre todos -los que gobiernan y los que no- tomen conciencia -en Allen y el alto valle- de estas situaciones que se describen en el artículo.

Me parece que allí algo está fallando y eso es terrible. Terrible porque hablamos de contaminación de un escaso acceso a viviendas, de enfermedades por fumigaciones, de un sistema productivo basado fundamentalmente en el lucro, de una deshumanización ciertamente alarmante para las comunidades o grupos originarios -me imagino-.

Bueno, espero que esto sirva de algo, me despido con un fuerte abrazo, Pablo

Anónimo dijo...

Considero que además de ser tremendamente espantoso… sufrir la pérdida de un ser querido por la maldita inseguridad!!
Y esto, todos los días… también es muy terrible que sea visto por todos, y digo ésto en general… y lamentable como moneda corriente… y no poder frenar a los delincuentes… que te matan para robarte… te resistas o no… entonces digo… cómo hacer para que ésto no ocurra más… por favor no nos acostumbremos a ésto.

María Del Carmen Geijo

Anónimo dijo...

Hola Rubén:Felicitaciones!!! muy buenos todos los temas que publicas.. son todos muy interesantes realmente.. muchas gracias por permitirnos ingresar.. aprender y opinar..
un saludo afectuoso
maria del carmen geijo