38 AÑOS DE ARQUITECTURA, y algo más...



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Escribime a arqcabo@hotmail.com

Arq. Rubén Esteban Cabo



sábado, 23 de julio de 2016

¡Tanto tiempo!


Hace bastante tiempo que tenía abandonado al blog, y pretendo retomar nuestra comunicación.  En estos dos años sobrevinieron diversas experiencias, que sería un poco extenso para contar, pero puedo asegurarles que fueron muy enriquecedoras. Lo mejor fue lo vivido con mi nieta María Luján, y con mi nieto José Ignacio, pero eso queda para la intimidad. 


Participé de un congreso internacional en Mar del Plata para contar mis ideas sobre el tema de los espacios públicos, en otro en la ciudad de Buenos Aires para exponer la investigación que venía realizando, y además pude elaborar muchas ideas en diversos seminarios del Doctorado en Urbanismo de la FADU-UBA, que trataré de ordenar y sintetizar para ir compartiendo.


Aunque no lo crean, también me dediqué un poco a las letras, como “escribidor”, porque me parece irrespetuoso llamarme escritor… Algunos artículos sobre arquitectura y urbanismo, otros sobre los fantasmas que sentimos en nuestra existencia como seres humanos, además me animé con algunos sonetos que van completando las páginas de mi próximo libro, y hasta tuve la osadía de participar en un encuentro de escritores en Allen, y otro en Ing. Jacobacci.


Como deben imaginar quienes me conocen, los ideales scouts son parte de mi vida, y a pesar de no estar activo, en este tiempo realizamos varios encuentros para compartir experiencias, algunas vituallas, por supuesto un  brindis por el encuentro.


La idea es poder incorporar algunos pensamientos en forma mensual, y ojalá te animes a escribirme a arqcabo@hotmail.com con tus pensamientos para poder compartirlos. 


Como primer paso en este retomar de la caminata, comparto la publicación del “Fantasma de la Adicción” que llegó a los lectores allenses el pasado 25 de mayo, en el aniversario del pueblo.


¡Gracias por recibirme, y espero ansioso tus ideas!

jueves, 21 de julio de 2016

“El Fantasma de la Adicción”

Estaba mirando la televisión mientras disfrutaba de unos mates y unas tostadas, prestando mucha atención a un tema interesante que discutían varias personas acerca de las diferentes substancias que consumimos los seres humanos, como el alcohol, el tabaco, y una enorme cantidad de drogas de diferentes características. Ante mi ignorancia me puse a buscar algunos datos básicos acerca del tema. Y fue entonces, en ese momento que sentí la presencia del “fantasma de la adicción”, lo que me causó mucho temor.

Me enteré que la adicción a estas substancias genera una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, que la adicción se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo, más allá de las consecuencias nocivas que se producen. En definitiva, el “fantasma de la adicción” nos arrastra a una enfermedad en nuestro cerebro que modifica su estructura y su funcionamiento.
Son muchos los caminos que usa este fantasma para envolvernos entre sus sombras, valiéndose de todo tipo de tentación para provocarnos hábitos de los que nos resulta muy difícil de prescindir, ya sea por la dependencia fisiológica, o por las dependencias psicológicas que nos produce. Es decir, el “fantasma de la adicción” busca invadirnos para lograr que tengamos algún gusto desmesurado a algo, y no solamente a las drogas. Podemos ser adictos a la televisión, a la velocidad, a tomar sol, y a todo lo que seamos capaces de imaginar.

El “fantasma de la adicción” nos convence la primera vez, cuando todavía no nos dominó, haciéndonos creer que si accedemos a su mundo vamos a sentirnos muy bien, vamos a estar mejor, y muchas veces nosotros ingresamos mansamente, simplemente por curiosidad… Es entonces que ante su sonrisa maléfica y triunfal nos resulta muy difícil regresar a nuestro mundo, al mundo que contiene los verdaderos valores que nos permiten sentirnos realmente mejor.
La pregunta que queda flotando es… 

¿Qué podemos hacer para no caer en la trampa?

Pienso que la respuesta está dentro de cada uno de nosotros, buscándola junto a nuestros seres más queridos, familia, amigos, y muchas personas de nuestra comunidad, porque, como hay muchos motivos por los que podemos caer en el mundo de la adicción es que nos necesitamos los unos a los otros para cancelar ese mundo tan perverso, engañoso, asesino, y luchar por vivir el mundo verdadero.